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Los zapatos que elegiste

Hace unos días, mientras visitaba una zapatería, observé una señora que sostenía un par de zapatos en sus manos como sin querer soltarlos. Los miraba con deseo, pero se mostraba un poco dubitativa. Pasaban los minutos y ella continuaba con aquellos zapatos en sus manos.

De pronto calzó con esfuerzo un zapato en unos de sus pies y fue notorio que eran pequeños para el tamaño suyo. De todos modos se miraba una y otra vez en el espejo visiblemente ansiosa y con el ceño un poco fruncido.

Creo que la insistencia de la mujer se debía a que los zapatos tenían una etiqueta roja que significaba que su precio estaba un 50 % más barato que su precio original y, al parecer, pese al tamaño, la oferta le pareció demasiado tentadora porque finalmente se los llevó.

Hoy me pregunto: ¿A cuántas fiestas habrá asistido esta mujer fingiendo una sonrisa de felicidad con esos zapatos que no eran para ella? ¿Cuánto dolor habrá tenido que soportar y esconder luego de haber aceptado algo solo porque parecía una oportunidad única?

Supongo que hoy el día se le hace largo y pesado cuando calza esos zapatos. Seguramente la jornada es interminable hasta poder llegar a casa y quitárselos. Apuesto a que se ha dado cuenta que fue una elección apresurada, pero se resigna al pensar que no hay vuelta atrás.

En cierta medida, muchos hemos cometido el mismo error que esta mujer al haber aceptado, alguna vez, menos de lo que realmente merecemos. En ocasiones, nos hemos permitido aquello que va en contra de nuestro bienestar y quedamos atrapados en situaciones, relaciones o compromisos que al final de cuentas solo nos han quitado la paz, traído dolor o restado la felicidad por la que a diario luchamos.

Hazte esta pregunta: ¿Qué es lo que hoy me molesta, me causa dolor y dificulta mi caminar?… Se te abrirá una oportunidad para evaluar nuevamente tu vida y poner sobre la mesa tu lista de prioridades. Medita tus decisiones, pide la dirección de Dios aún para lo que parece ser una decisión sencilla.

Te darás cuenta que no tiene tanta importancia cuánto valen los zapatos, cuánto vale esa «relación», cuánto vale ese puesto laboral; como revisar el cuánto valgo yo. Lo que parece valioso a los ojos de los demás podría ser menos que lo que realmente mereces, algo que no es para ti, o simplemente sumará un ítem en la lista de innecesarios en tu vida.

Los zapatos que elegiste por Luis César Caballero

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