Por qué no desespero
La Biblia me dice que aún del pozo el Señor me puede sacar limpio, que puedo estar como un extraño en tierra hostil y un día pisar ese mismo lugar como un hombre respetado y reconocido, que puedo pasar años en el desierto mientras todos se preguntan cómo es que aún sigo avanzando y escribiendo conquistas donde otros no alcanzaron ni siquiera a escribir sus epitafios, que puedo estar en la cárcel y sus barrotes no convierten mi alma sino presa del amor de Dios, que puedo atravesar duras etapas en soledad y no perder conciencia de Su compañía, que puedo andar en la oscuridad de la prueba y aún así ver las cosas claramente, Que puedo no saber exactamente adónde soy guiado y, sin embargo jamás perder el rumbo. Que puedo caer en un horno de fuego y lo único que se consume son mis temores, Que puedo tener todos los pronósticos en contra y acostumbrarme a que el Cielo siempre pondrá el resultado a mi favor, que pueden rugir las tormentas a mi alrededor y, sin embargo, ver cómo sus vientos me empujan a un mejor destino.
Cuando confié en Dios, cada lucha que enfrenté me hizo más fuerte y en cada sinsabor que sufrí aprendí a temerle menos al fracaso. Hoy las pruebas son mi escuela, y yo sigo adelante; cada vez más fuerte, cada vez más valiente, cada vez más sabio y cada vez más determinado.
Luis César Caballero
Agregar comentario