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Las heridas del divorcio

Hablemos primero sobre qué es el matrimonio: tal y como lo explica el Diccionario de la lengua española (2020), el matrimonio es la «Unión (de dos personas) concertada mediante ciertos ritos o formalidades legales (o religiosos), para establecer y mantener una comunidad de vida e intereses».

Por tanto, partimos que, para casarse las parejas, por lo general, deben encontrarse en estado de enamoramiento o consentimiento mutuo.

Nos casamos, entre otras causas, para que varios ámbitos de nuestras vidas se estabilicen, «inclusive, el hecho de contar con un apoyo económico nos hace sentirnos más seguros, fuertes y con libertad» (https://www.zankyou.com.mx/p/por-que-seguimos-casandonos-9-razones-esenciales) …No en vano, el término economía proviene del griego οίκος νέμoμαι que significa: administración del hogar.

Pero el matrimonio cada vez genera más rechazo entre las nuevas generaciones, y aquellos que están casados sufren, a raíz de problemas, un alto índice de divorcios. Bien reza un famoso adagio popular que versa que, para divorciarse, solo hay que estar casados; pues bien, hoy abordaremos este tema: las heridas del divorcio y sus repercusiones.

La palabra divorcio es una de las más difíciles de vivir dentro del concepto “matrimonio”. Cada día aumenta de manera gradual el índice de los mismos a nivel mundial, aparejado de sus terribles consecuencias (https://www.uaeh.edu.mx/campus/icshu/revista/revista_num12_10/articulos/SOCIAL_divorcio.pdf) y son, precisamente, estas separaciones o rompimientos de relación las que generan heridas irreparables entre los involucrados. https://elordenmundial.com/mapas/tasa-divorcios-ocde/

Aumentan divorcios con la pandemia

En España y otros países de América aumentaron los divorcios a raíz de la pandemia. Solo en el país europeo el número de separaciones y divorcios incrementó a 25.732 casos al cierre del tercer trimestre de 2020; es decir, un 16,6 % más que en el 2019: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2020-11-27/las-separaciones-y-los-divorcios-siguen-aumentando_2851055/

Los factores causantes del divorcio se tipifican en problemas económicos, laborales, de comunicación, convivencia entendimiento o a raíz del confinamiento al que dio lugar la misma pandemia.

El portal Crecimiento y Bienestar Emocional (disponible en https://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/consecuencias.html) señala que el divorcio afecta nuestra autoestima: “las consecuencias o heridas del divorcio son sumamente dolorosas y afectan todas las áreas de la vida de la persona que se está divorciando tanto personal, familiar, económica o social, entre otras”.

Esto porque:

  1. Genera sentimientos de miedo, angustia, enojo o depresión.
  2. Produce pensamientos negativos, extremistas, rígidos o depresivos.
  3. Hace que veamos nuestro pasado, presente y futuro a través de lentes que oscurecen y distorsionan la realidad.
  4. Afecta nuestra imagen personal, familiar y social.
  5. Hiere a las familias de las personas involucradas.

Lo importante del caso es elegir muy bien (y con cuidado) a la persona con la cual pasaremos el resto de nuestras vidas. Como buenas parejas basadas en el amor, es imprescindible aprender a escuchar, poner en práctica la comunicación asertiva, el buen entendimiento y la concertación; además de desarrollar la inteligencia emocional y ser hábiles en la resolución de problemas.

Así, garantizaremos los principios que manda la Palabra de Dios:

“…No son ya más dos, sino una sola carnelo que Dios juntó, no lo separe el hombre… Os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera” (Mateo 19:5-9).

O “Cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido” (Efesios 5:33).

Tengamos en cuenta, también, estos consejos bíblicos y evitemos, en la medida de lo posible, recurrir al tema del divorcio para no sufrir las heridas que todo ello conlleva.

Pero si aún estás reflexionando sobre esta posibilidad, te instamos a que recapacites una vez más. Pesa en una balanza los riesgos y beneficios que este camino te producirá. De ser posible, recuerda cuidar el amor como una planta, manteniendo lo que construiste un día.

Las relaciones de pareja son como un carro, si queda sin combustible no nos deshacemos de él, solo le rellenamos el tanque. Así mismo sucede con la pareja, si el amor se acaba intentamos llenar el tanque, no deshacernos de él.

Entonces, es importante que consideres los siguientes puntos antes de tomar tan difícil decisión:

  1.  ¿Hubo infidelidad en tu matrimonio y no deseas vivir con el doloroso recuerdo?
  2. ¿Corre peligro tu vida, integridad física o la de tus hijos?
  3. ¿Hay problemas morales involucrados?

De ser negativa tus respuestas ante estas preguntas, busca otras alternativas que pudieran ser menos traumáticas y drásticas, como:

  • Terapia de parejas.
  • Dedicar tiempo a estar juntos.
  • Conversar sobre aquellas diferencias que creen irreconciliables.
  • Decir palabras de afirmación y tener detalles el uno para con el otro.

Te preguntarás, entonces, qué debo hacer si ya me divorcié:

  • Lo primero es que no te culpes, critiques o exijas demasiado. Siempre recuerda que eres un humano y que te estás enfrentando a una difícil y dolorosa situación…
  • No puedes hacer todos los cambios al mismo tiempo, debes enfocarte y saber cuáles son los más importantes en su momento. Siempre ordena tus prioridades.
  • Busca apoyo de amigos y familiares, que te escuchen y ayuden a afrontar tus necesidades. Procura hacer ejercicio y sentirte bien físicamente. Recuerda que si esta situación se extiende a largo plazo podrías llegar a enfermarte y desgastarte, sin que esto te ayude para nada y haciendo que actúes de forma correcta. https://divorcio.pro/consecuencias-del-divorcio/

Recuerda lo dicho por la escritora Margaret Atwood, un divorcio es como una amputación: sobrevives, pero hay menos de ti”.

Entonces, haz tu mejor esfuerzo para que tu vida no tenga que pasar por la amputación del divorcio y puedas evitar las tristes consecuencias que el mismo produce; sobre todo, busca la ayuda divina y siempre recuerda que es mejor construir que destruir.

¡Dios te bendiga y deseamos que tengas un matrimonio feliz y exitoso!

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